Entretejiendo (nos)


Hoy se celebra el Día del/la Tejedor/a… 

Una de las grandes pasiones de mi mamá fue el tejido… Tejía a dos agujas y a crochet… Aún conservo hermosas obras de arte creadas por ella, con una perfección digna de una auténtica artista… Sus tejidos fueron, sin dudas, uno de sus principales legados, su forma de estar presente a la distancia (con un pullover o chalina enviada a familiares distantes), su modo regio de expresar amor… El tiempo que dedicaba a cada tejido, buscando un modelo acorde para su destinatario, pensando en quien lo iba a usar, en el color, el tipo de hilo, daban cuenta del amor que ponía en esta actividad. 

Así como mi mamá hilvanaba sus creaciones, a su manera y tiempo, cada uno de nosotros teje redes en su vida, redes humanas, afectivas, sociales… Redes de madres que se acompañan en la crianza, redes de amigos que se sostienen mutuamente, redes de colegas que se asesoran y aconsejan, redes de artistas que se inspiran unos a otros… Infinitas redes que dan cuenta de nuestro ser social y de nuestra necesidad de estar y ser con otros. 

Como cada hilvanada de un tejido, cada uno de nosotros cumple un rol esencial en esa red, sin el cual ese entramado no estaría completo… A veces puede salirse algún punto, y sentimos la necesidad de volverlo a su lugar, ayudarlo a reacomodarse a la trama, tal vez de otro modo, pero siempre integrado al todo.

Algunos tejidos están hechos todos con una sola lana, entonces tienen un color y una textura uniformes… Mientras que otros están integrados por pequeños retazos de múltiples colores y tipos de hilos, resultando de ello una trama rica y colorida… 

Esos tejidos humanos de los que formamos parte tienen diferente grado de flexibilidad… Algunos son más rígidos y no ceden fácilmente, siendo difícil que en ellos entren hilos diferentes… Otros son demasiado laxos, lo cual hace que la trama se deshaga al menor roce con algún elemento externo…

También están aquellos con la textura justa, flexible y firme en igual grado, cuya trama porosa se oxigena con aquello que la rodea… Muchos se encuentran guardados, como las lanas que mi mamá tenía en su ropero, esperando ser integradas a algún tejido… Seamos generosos con esas lanas tímidas que no se animan a acercarse a nuestra trama, como la aguja que busca integrarlas al tejido para que lo coloree con sus tonos. 

Ojalá podamos construir muchos tejidos colectivos, generosos, ricos, coloridos… Ojalá, incluso, formemos parte de una gran manta hecha con múltiples retazos, tejidos humanos entrelazados que nos hagan entender, de una vez por todas, que todos formamos parte de la gran red que es la humanidad… 

13/06/2021.

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