El arte y su importancia en la salud personal
Es innegable que el arte es una actividad humana fundamental, que existe prácticamente desde el comienzo de la humanidad. En distintos lugares y épocas, las disciplinas artísticas han permitido al ser humano expresar su personalidad, con sus deseos, intereses y pensamientos. Asimismo, a través de ella se dejan entrever posibles trastornos o problemas psicológicos, que la persona no puede manifestar mediante la comunicación verbal.
El arte ha sido, además,
un recurso fundamental a la hora de enfrentar situaciones críticas,
conflictivas y adversas, como ser, la pandemia del COVID- 19 que nos
encontramos atravesando actualmente. Un ejemplo de ello es la cantidad de
recitales y obras de teatro on line que han circulado en las últimas semanas a
través de las redes sociales, lo cual da cuenta de la necesidad de abrir
espacios de canalización de los sentimientos suscitados por la pandemia, así
como de distracción respecto de la situación sanitaria que afecta al mundo
entero.
El
arte: ¿remedio mágico para todos los males?
Teniendo
en cuenta lo expresado, podríamos pensar que cualquier disciplina artística
tiene efectos terapéuticos en quien la desarrolla. En relación a esto, cabe
hacer una aclaración: si bien es cierto que el ejercicio de una actividad
artística puede tener consecuencias en la salud mental, esto no necesariamente
ocurre en todos los casos.
Esto
es importante porque son muy comunes comentarios tales como “el arte sana”, “el
arte es salud”, entre otros. En verdad, estas ideas se relacionan con la
experiencia que ciertas personas han tenido en su vinculación con el arte,
actividad que, tal vez en esas personas, puede haber tenido un efecto reparador
en cierto momento particular de sus vidas. No obstante, esto no necesariamente ocurre
en todas las personas y/o en cualquier situación vital. Es más, en algunos
casos el ejercicio artístico puede manifestar trastornos psíquicos
preexistentes.
Esto está vinculado con
la arteterapia como terapia complementaria en auge en los últimos años,
entendiéndose por tal un espacio terapéutico que utiliza recursos artísticos
como metodología.
¿Toda
disciplina artística es arteterapia?
Para
ser considerada tal, la arteterapia como especialidad de salud debe perseguir
objetivos terapéuticos, es decir, las actividades propuestas deben apuntar al
logro de ciertos procesos de cambio particulares, de acuerdo a la situación de
cada paciente. Además, esta actividad debe estar coordinada por terapeutas, es
decir, profesionales con formación en algún área del campo de la salud, como
ser, médicos, psicólogos, terapistas ocupacionales, entre otros.
Esta
característica adquiere una importancia particular por el hecho de que un
profesor de arte convencional no está preparado, desde su formación básica,
para enfrentar situaciones críticas vinculadas a la salud mental, si bien las
mismas pueden surgir en el espacio artístico que coordina. Si esto ocurre, lo
más sensato sería que dicho profesor derivara a ese alumno a un especialista en
salud mental, con quien pueda abordar aquellas cuestiones que lo afectan, ya
que se corre el riesgo de movilizar cuestiones personales de los alumnos, para
enfrentar las cuales los profesores de arte no cuentan con los recursos
necesarios.
Por otra parte, la
arteterapia se enmarca en un proceso terapéutico del cual suele (o debería) ser
complemento, buscando un trabajo en equipo con los profesionales que atienden a
un paciente. Este no es un dato menor, y busca destacar el hecho de que la
arteterapia no basta por sí sola como tratamiento terapéutico, por lo que no se
considera una terapia alternativa a la psicología tradicional.
El
arte y el desarrollo de habilidades emocionales, sociales e intelectuales
Uno de los principales
beneficios de las distintas disciplinas artísticas existentes es que todas
ellas permiten ejercitar y desarrollar distintas habilidades emocionales,
intelectuales y sociales. Veamos a continuación algunas de estas habilidades
- Habilidades emocionales:
- Autoconciencia: es el conocimiento de uno mismo, de los propios pensamientos y emociones. El arte, al facilitar la expresión de estados emocionales, permite que nos conectemos con nuestro interior, materializando a través del cuerpo (ya sea cantando, pintando o bailando) aquello que sentimos y pensamos.
- Autorregulación: es la capacidad de regular los propios estados emocionales, evitando que los mismos dominen nuestra vida. En este sentido, el arte, al permitirnos vehiculizar nuestra energía de un modo u otro, nos permite regular nuestros pensamientos y sentimientos, para dirigirlos hacia ciertos estados en particular, por ejemplo, a partir de una consigna disparadora.
- Motivación: consiste en aquello que nos empuja a realizar diversas acciones, incluso nuestro propio desarrollo personal. El arte puede despertar interés en la investigación sobre diversos temas, así como llevarnos a ejercitar habilidades que teníamos inexploradas.
- Empatía: es la capacidad para identificarse afectivamente con otra persona, poniéndose en su lugar, a fin de comprender sus vivencias personales. Las actividades artísticas favorecen el desarrollo de esta capacidad, especialmente el teatro, que implica identificarnos con un personaje ficticio al cual le suceden cosas y pasa por situaciones que el actor debe comprender a fin de representar adecuadamente su papel.
- Habilidades sociales:
- Asertividad: consiste en la habilidad para presentar la conducta y actitud adecuada a la situación, dando una respuesta acorde. El arte favorece el desarrollo de esta habilidad cuando nos propone consignas a las que debemos responder de una forma y no de otra. Además, cada disciplina el uso de ciertos materiales en una cantidad apropiada, así como la aplicación de las técnicas adecuadas para obtener los efectos buscados. Por ejemplo, para pintar un cuadro hace falta encontrar el tono de color justo, mezclando en adecuadas proporciones los colores básicos; en el arte escénico, el actor necesita imprimir a sus acciones el nivel de energía adecuado, sin exagerarlas ni suavizarlas.
- Escucha y observación activas: especialmente en las artes escénicas (como la música, el teatro y la danza), es fundamental que el artista agudice su capacidad de escucha y observación de aquello que sucede a su alrededor. Esto le permitirá intervenir en el momento justo, evitando anticipar o retrasar su participación, acompañando el ritmo escénico. En las artes plásticas, la observación permite captar lo esencial de aquello que se busca representar gráficamente, plasmando sus principales características.
- Capacidad de negociación: consiste en la habilidad para llegar a acuerdos entre varias partes involucradas, cuyos intereses no siempre coinciden, tratando de satisfacer en la mayor medida posible a todas ellas; implica, también, saber ceder cuando no es posible concretar aquello que queremos. En el arte, sobre todo cuando trabajamos con otras personas, siempre tenemos que negociar para desarrollar un trabajo colectivo, ya que no todas las partes involucradas tendrán los mismos intereses. Además, al momento de cumplir una consigna tenemos cierto grado de libertad que nos permite plasmar nuestra singularidad, pero también debemos responder a una consigna, que nos limita esa libertad; aquí también se pone en juego la capacidad de negociar.
- Respeto: se refiere a aceptar a los demás tal cual son, admitiendo sus opiniones, preferencias y gustos personales, más allá de estar o no de acuerdo con ellos. En el arte, esto se observa cuando no coincidimos con aquello que el otro está creando, no obstante lo cual lo aceptamos o expresamos nuestra opinión evitando insultos y descalificaciones.
- Saber expresarse: todas las personas necesitamos comunicarnos y darnos a conocer al mundo y a quienes nos rodean. El arte ofrece ricos modos de expresión y permite explorar aquellos que no conocemos o a los que no solemos recurrir al momento de comunicarnos.
- · Habilidades intelectuales:
- Comprensión: la actividad artística implica la necesidad de comprender consignas y técnicas, para poder internalizarlas y aplicarlas en trabajos concretos; además, se ejercita la captación del sentido de ciertas creaciones tanto individuales como colectivas.
- Reflexión: de la mano de la comprensión, el arte también favorece la reflexión acerca de infinitas temáticas que pueden ser abordadas a través de la creación artística, ya sea partiendo de ella o facilitándola.
- Creatividad: es una de las capacidades más desarrolladas a través de las disciplinas artísticas, ya que las mismas suelen basarse en consignas abiertas que exigen de parte de quien las practica la ideación de algo novedoso, basado en sus recursos expresivos. Implica ver las cosas de otro modo, salir de lo conocido para explorar otros campos y recursos
- Síntesis: realizar una obra artística implica poder expresar, de forma sintética, muchos sentidos que se condensan en ella. No se trata de sumar recursos o modos de expresión, sino de integrarlos de tal forma que transmitan aquello que el artista quiere comunicar.
María Florencia Pesoa.
Lic. en Psicología. M. P. 1.392.
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