Eficacia Terapéutica en Psicología


El universo psicológico abarca una gama muy diversa de teorías, enfoques y modelos terapéuticos que han tratado de ofrecer herramientas para enfrentar y superar el malestar subjetivo y comunitario. Esta riqueza no siempre ha sido valorada, habiendo épocas en las cuales se pretendió unificar esta multiplicidad, negando el carácter social y heterogéneo de la ciencia psicológica.

Mucho se ha debatido, en el mundo psi, acerca de cuál es el enfoque terapéutico más eficaz, derivando de dichos intercambios algunas contiendas famosas, como ser, aquella entre los cognitivo- conductuales y los psicoanalistas.  Estos debates, los más de ellos estériles, se han basado, en algunas ocasiones, en luchas de poder en las que un enfoque ha intentado imponerse sobre los demás, motivadas por ciertos intereses, como la asociación de ciertas terapias con la industria farmacológica y los beneficios económicos derivados de esta última.

En un campo atravesado por la complejidad, es difícil hablar de “eficacia terapéutica” de forma universal, como una variable plausible de ser estudiada y medida de forma objetiva. En verdad, este concepto incluye muchos factores que hacen que un enfoque sea más o menos eficaz, motivo por el cual establecer la primacía de uno sobre todos los demás sería, cuando menos, inexacto. 

Esta cuestión cobra relevancia si tenemos en cuenta que, socialmente, circulan ciertas representaciones sociales acerca de los diversos enfoques terapéuticos, las cuales hacen que las personas se inclinen hacia uno u otro, incluso sin conocer en profundidad las diferencias entre ellos ni las particularidades de cada uno. 

En este breve artículo, me propongo reflexionar acerca del concepto de eficacia terapéutica y sus implicancias en el ámbito psi, a fin de ofrecer algunas herramientas para que los potenciales consultantes puedan elegir un modelo acorde a sus necesidades y deseos, teniendo siempre en cuenta que se trata de sugerencias y no de indicaciones prescriptivas. 

¿Qué entendemos por eficacia terapéutica?

Conde Olasagasti (2002) afirma que “la medida de eficacia de una intervención diagnóstica, preventiva o terapéutica implica el análisis del resultado obtenido, cuando ésta se aplica en condiciones ideales” (p. 219). Hallamos aquí varios elementos que ya nos dan indicios de su significado:

Medida: de acuerdo a definición, la eficacia terapéutica es algo que se puede medir, cuantificar, evaluar en términos numéricos y porcentuales. En verdad, en el campo psicológico esto no es posible del modo en que está planteado aquí, debido a factores subjetivos que influyen en la percepción de la eficacia de un tratamiento. No obstante, desde algunos enfoques de corte experimental se ha pretendido evaluar, en términos cuantitativos, el nivel de eficacia de ciertas intervenciones terapéuticas, con el objetivo de resaltar la validez de sus propios modelos.

Intervención: se entiende por tal “un tratamiento, un procedimiento u otra acción que sirven para prevenir o tratar una enfermedad, o para mejorar la salud de otras formas” (Diccionario de Cáncer, s/f, párr. 1). En el campo psi, las intervenciones se realizan en torno a padecimientos o patologías de origen psíquico, o bien situaciones planteadas como motivos de consulta por parte de los pacientes/clientes. 

Resultado: consiste en “el corolario, la consecuencia o el fruto de una determinada situación o de un proceso” (Pérez Porto y Gardey, 2015, párr. 1). Hace referencia al estado final obtenido a partir de una acción o serie de acciones, en este caso, psicoterapéuticas.

Condiciones ideales: la palabra “ideal”, en una de sus acepciones, significa “un prototipo, modelo o ejemplar de una perfección” (www.significados.com, s/f, párr. 2). Según esto, las condiciones “ideales” son aquellas no modificadas por factores externos o subjetivos, los cuales influyen en una situación terapéutica real.

Más allá de este análisis conceptual, la eficacia terapéutica es una realidad compleja afectada por múltiples y diversos factores, que analizaremos en los próximos apartados.

Eficacia y eficiencia, ¿sinónimos?

Estos dos conceptos, si bien tienen significados similares, se distinguen entre sí por algunas particularidades. Analicémoslos por separado.

En primer lugar, la eficacia “hace referencia a los resultados obtenidos en relación con las metas y el cumplimiento de los objetivos” (www.significados.com, s/f, párr. 2). Aquí, vemos una relación entre las metas y/u objetivos, por un lado, y los resultados, por otro, siendo eficaz todo proceso, acción o intervención que nos permita obtener aquello que pretendemos. 

Según esta definición, en el campo psicoterapéutico sería eficaz cualquier intervención que permita al consultante conseguir el objetivo que motivó su consulta. Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor: si una persona consulta con un psicólogo a fin de tratar sus ataques de pánico, la intervención profesional sería eficaz si luego de ella los síntomas han desaparecido, es decir, la persona ya no presenta ataques de pánico. 

Ahora bien, a veces no basta con que una intervención terapéutica sea eficaz, también debe ser eficiente, es decir, debe permitir “conseguir metas y objetivos empleando los medios de la mejor manera (tiempo, recursos materiales, etc.)” (www.significados.com, s/f, párr. 3). Siguiendo con el ejemplo planteado, una intervención terapéutica sería eficiente si el consultante lograra aliviar sus ataques de pánico en un tiempo acorde a la gravedad de los mismos y al trabajo terapéutico desarrollado. Contrariamente, si una persona comienza un proceso terapéutico para tratar estos síntomas, y recién luego de dos años de consulta, los mismos comienzan a remitir, es posible que el proceso, si bien eficaz al haber modificado el estado inicial del consultante, no resulte eficiente, ya que el tiempo ha sido excesivo en relación al motivo de consulta. Lo mismo ocurriría si el costo del tratamiento es elevado en relación a los honorarios de la mayoría de los profesionales del área, siendo que el psicológico en cuestión no ofrece un tratamiento especializado para ese motivo de consulta. 

La eficacia terapéutica, ¿se puede medir?

Como expresamos al comienzo de estas reflexiones, en el mundo psi son harto conocidos los debates acerca de qué enfoque terapéutico es el más eficaz en general, o para determinados diagnósticos, habiendo quienes hacen una defensa acérrima de sus orientaciones, citando, para ello, investigaciones que respaldan su postura. 

Si bien existen estudios que dan cuenta de los resultados obtenidos a partir de la aplicación de ciertos modelos terapéuticos en pacientes que presentan un determinado diagnóstico clínico, estas investigaciones han sido desarrolladas bajo determinadas condiciones, en cuyo marco deben interpretarse los resultados, siendo tendencioso generalizarlos a todas las situaciones que pueden encontrarse en la clínica psicológica, atravesadas por una multiplicidad de variables de cuya conjunción dependerá el desenlace de ese proceso terapéutico. 

La complejidad de la realidad clínica hace difícil, sino imposible, medir la eficacia terapéutica de forma objetiva, partiendo del hecho de que se trata de personas trabajando con personas. Esto pone en juego condicionantes subjetivos y vinculares que afectan el modo en que el proceso terapéutico se desarrolla, así como los cambios que tengan lugar en el transcurso del mismo. 

Más allá de esto, siempre es importante asegurarse de consultar a un profesional con estudios universitarios y matriculado en el colegio profesional correspondiente, así como revisar el proceso terapéutico personal, a fin de evaluar si el mismo está cumpliendo la finalidad con la que lo comenzamos. 

Por último, debemos tener en cuenta que no cualquier abordaje es para cualquier consultante, siendo posible que un enfoque resulte eficaz para una persona, y no para otra, sin que esto lo invalide como modelo de abordaje psicológico.  

La eficacia terapéutica por dentro

La eficacia terapéutica está influida, en mayor o menor medida, por múltiples variables que condicionan el desenlace de un proceso psicológico, afectando el modo en que el consultante finalmente evalúe dicho proceso como más o menos eficaz.

Entre los factores que influyen en la percepción de un proceso terapéutico como eficaz, se incluyen los siguientes:

Relación terapéutica: hace referencia al vínculo, personal y profesional, que se va desarrollando entre el terapeuta y el consultante, el cual se afianza de forma gradual, a medida que se establece una relación de confianza entre ambos. Esta última es la que permite que el paciente se sienta cómodo al compartir sus vivencias personales con el profesional, a partir de lo cual es posible un trabajo terapéutico en torno a las mismas. Éste es, según mi criterio, el factor más relevante en cuanto a la eficacia terapéutica, siendo una condición necesaria, no así suficiente, para el logro de la misma. 

Enfoque teórico: éste consiste en el modelo teórico en el cual el profesional enmarca su práctica, habiendo, en el mundo psi, una diversidad de orientaciones que plantean un abordaje terapéutico particular. Si bien el mismo no siempre es explicitado, y la población general suele no conocer las diferencias entre los diversos modelos, la teoría en la que se basa el terapeuta tiene cierta influencia en la forma en la que se desarrolle el proceso terapéutico. En relación a esto, quiero aclarar que, a mi modo de ver la cuestión, no hay un enfoque que, de por sí, sea más eficaz que otro; no obstante, en el ámbito psi algunas orientaciones han cobrado mayo relevancia para el abordaje de ciertos motivos de consulta. Esto no significa que los demás no sean eficaces para tratar estas problemáticas; simplemente, implica que algunos enfoques suelen recomendarse, y, por tanto, elegirse, con más frecuencia que otros en estos casos particulares. 

Tipo de terapia: puede ser una terapia tradicional, en la que se abordan cuestiones planteadas por el consultante como preocupaciones personales y otras sobre las que indague el profesional; o un abordaje focalizado, que trata especialmente aquello por lo que el consultante inicia la terapia. La elección de uno u otro dependerá del interés del consultante: si lo que busca es solucionar un problema concreto, seguramente una terapia focalizada será la opción más adecuada para él; si, en cambio, quiere iniciar un proceso general de autoconocimiento y cambio, un modelo de terapia tradicional será más acorde a sus necesidades.  

Duración: esta característica se vincula con la anterior, y hace referencia al período de tiempo en el transcurso del cual se desarrollará el proceso terapéutico, habiendo algunos abordajes denominados “breves” por constar de una cantidad pautada de encuentros, en los cuales se espera observar cambios vinculados con los objetivos terapéuticos. Más allá de esto, es esperable que un proceso terapéutico comience a producir cambios en un tiempo prudencial, lo cual nos hace suponer que si, luego de un número elevado de sesiones, no notamos cambios significativos, tal vez se deba replantear la eficacia del mismo, pensando qué cambios serían necesarios para que el proceso se destrabe. 

Frecuencia: se refiere al intervalo entre sesiones, siendo la más común la semanal. No obstante, este factor es variable, y depende del acuerdo establecido entre terapeuta y consultante, así como de las necesidades y posibilidades de ambos. La frecuencia puede variar dentro de un mismo proceso (por ejemplo, pasar de semanal a quincenal).

Finalidad de la consulta: tiene que ver con lo que se pretende lograr a partir del proceso terapéutico, es decir, los objetivos que tanto el consultante como el profesional persiguen. En algunos casos, quien consulta tiene en claro lo que quiere conseguir, mientras que, en otros, el motivo de consulta se va construyendo conjuntamente entre el terapeuta y el paciente. 

¿Cómo saber si mi espacio terapéutico me resulta eficaz?

 A fin de concluir estas reflexiones, les propongo algunas pautas para determinar si su espacio terapéutico les está resultando eficaz, a fin de poder conversar con su terapeuta en caso de no estar conformes con alguna cuestión, o consultar a otro profesional si los cambios no son posibles:

Estate atento a cómo te sentís con el profesional: si bien el psicólogo no debe ser nuestro amigo, es importante que nos sintamos cómodos con él, ya que de la relación que logremos establecer dependerá, en gran parte, el buen desarrollo del proceso terapéutico.

Si tenés dudas, preguntá: es importante plantear las inquietudes que nos surjan en relación al espacio terapéutico, a fin de que las mismas no terminen entorpeciendo su natural funcionamiento. 

Sé claro al expresar tu motivo de consulta: si bien el profesional es quien debe indagar sobre esta cuestión, si como consultante no expresás claramente lo que te preocupa y tus objetivos, puede que el psicólogo interprete que tu interés es otro. 

Preguntale al profesional cuál es su forma de trabajo: esto te permitirá tomar una decisión consciente al elegir un psicólogo, sabiendo de antemano cómo se va a desarrollar el proceso terapéutico con él.

Intentá registrar los cambios que vas haciendo: el trabajo terapéutico no se limita al momento de la consulta; aquí sólo nos proveemos de insumos que luego deberemos aplicar en nuestra vida cotidiana. 

Si sentís que el proceso no te está sirviendo, plantéaselo al profesional: es fundamental ser sincero/a con el psicólogo que nos está acompañando. Es posible que éste crea estar haciéndolo de forma adecuada, por lo que, si no le manifestamos nuestro malestar, tal vez no se percata de los cambios que necesitamos. 

Si lo creés necesario, pedí una derivación: si, aún hablando con el profesional, no querés sostener el espacio terapéutico con él, pedile que te recomiende a un colega para comenzar otro proceso más acorde a tus necesidades.

Bibliografía

Conde Olasagasti, J. L. (2002). Eficacia y efectividad: una distinción útil para la práctica y la investigación clínicas. Nefrología, 22, 3, 0. 302. Disponible en https://www.revistanefrologia.com/es-eficacia-efectividad-una-distincion-util-articulo-X0211699502014928.

"Eficaz". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/eficaz/.

Gardey, A. y Pérez Porto, J. Definición de resultado. En: Definición.de. Disponible en https://definicion.de/resultado/.

“Ideal". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/ideal/.

Instituto Nacional del Cáncer. Definición de intervención. En Diccionario de cáncer. Disponible en https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/intervencion.

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