Celebremos la maternidad..
Por suerte, en la actualidad no es el único ni el principal para todas las mujeres… Hoy en día, éstas pueden elegir ser madres o
no serlo (si bien siguen existiendo ciertos mandatos sociales que las empujan a la maternidad). Esta capacidad de elección es muy buena, tanto para las mujeres como para sus potenciales hijos.
La ausencia de deseo materno es una de las principales causas de problemas en las relaciones materno- filiares, muchos con consecuencias graves como el abandono del hijo, o relaciones muy conflictivas entre ambos, llegando incluso a la violencia. De ahí que no sea una cuestión menor la presencia o ausencia del mismo.
Y aquí quiero hacer una aclaración, que me parece fundamental: hay que diferenciar maternidad buscada de maternidad deseada... Un hijo puede no ser buscado (en el sentido de planificado, de búsqueda activa y consciente de la maternidad), pero sí ser deseado... El deseo tiene que ver con alojar a ese hijo como tal en nuestra vida, más allá de que lo hayamos buscado o no... Siempre es mejor, tanto para la madre como para el hijo, que la relación entre ambos esté atravesada por el deseo, ya que eso asegura el amor en esa relación... Es darle a tu hijo un espacio en tu vida, aún antes de su nacimiento o el encuentro con él… Es estar dispuesta a ceder privilegios y espacios propios para dedicárselos a tu hijo.
Para quienes deciden asumir el rol materno, el mismo implica un desafío, como siempre lo ha sido (no obstante, actualmente eso es reconocido, cosa que antes no pasaba – la mujer “nacía” para ser madre, por lo tanto, era “natural” que asumiera sin reparos el rol materno). La maternidad irrumpe en la vida de una mujer como un sacudón que todo lo cambia, desde la vivencia del tiempo, pasando por las prioridades y el disfrute…
Por supuesto, la experiencia de maternaje es subjetiva y, por tanto, particular de cada madre… Y esto debe ser respetado, evitando imponer modelos de maternidad propios o estereotipados, mandatos acerca de cómo ser madre…. Cada mujer hace lo que puede con lo que tiene. Por supuesto, siempre cuenta el esfuerzo y la buena voluntad de cada madre, por eso siempre podemos mejorar en nuestro rol…
Acompañemos las maternidades, más allá de que sean deseadas, buscadas, priorizadas, compartidas… Ofrezcamos nuestra escucha, nuestro apoyo desinteresado, evitando dar consejos si no son pedidos, ni emitir juicios que puedan lastimar a quien es objeto de los mismos.
Celebremos las maternidades deseadas y deseantes, y la vida que ellas acompañan.
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