Autorregistrar (nos)


Hoy quería proponer una reflexión sobre un concepto que seguramente han escuchado en más de una ocasión, y es el de Autorregistro.

Como podemos deducir a partir de los componentes de esta palabra, el auto (propio) registro se refiere a la conciencia y el conocimiento de los propios estados internos, incluyendo sensaciones, pensamientos, emociones y sentimientos.

Si bien pareciera evidente que una persona sabe qué está pensando o sintiendo en cada momento, esto no es una tarea sencilla ni que se da naturalmente en todos los casos.

En primer lugar, el Autorregistro implica volver la atención hacia nosotros mismos, de forma consciente, es decir, haciendo foco en nuestros propios pensamientos, sensaciones y sentimientos, experimentándolos en toda su intensidad y particularidad. Una vez que logramos conectarnos con aquello que sentimos y pensamos, es fundamental poder plasmarlo de algún modo, externalizarlo, ya sea a través de la palabra oral u escrita, o con una reacción conductual concreta.

Para que este proceso se desarrolle de forma adecuada, tenemos que hacernos el hábito de reflexionar sobre nosotros mismos. En este sentido, la terapia psicológica suele brindar herramientas muy útiles.

En un comienzo, puede que no logremos identificar qué sentimos y/o pensamos en algunos momentos, o que experimentemos cierta confusión al respecto. Esto es parte del proceso, por lo que no debemos temer que ocurra, ni abandonar la tarea por este motivo.

Una estrategia muy útil es la externalización a través de la escritura. Poner en palabras aquello que sentimos y pensamos, y poder leerlo o escucharlo (es decir, leernos o escucharnos) nos ayuda a tomar conciencia de ello, reflexionar sobre lo que nos pasa, sin juzgarnos. Esto último es fundamental, ya que muchas veces no nos permitimos tener ciertos tipos de pensamientos y sentimientos, sobre todo aquellos considerados "negativos" en nuestra sociedad.

El hecho de que no reconozcamos un pensamiento y/o sentimiento no lo hace desaparecer, solo dificulta su aceptación y, por lo tanto, nos impide integrarlo a nuestro propio ser.

En este proceso de autorregistro, las personas con las que nos relacionamos cumplen un rol fundamental, ya que son nuestra caja de resonancia, quienes nos devuelven algo de lo que estamos expresando. Este es uno de los motivos por los cuales es fundamental la presencia de otro que acompañe los procesos de cambio, y aquí entra en juego el psicoterapeuta, como profesional preparado para brindarnos herramientas que nos permitan desarrollar el hábito del autorregistro. 

En conclusión, tratemos de mirar más hacia nosotros mismos, pero no para cerrarnos en nuestro propio ego, sino para conocernos y amarnos… Sólo desde el amor propio, bien entendido, podemos valorarnos lo suficiente como para aceptarnos, identificar aquello que debemos modificar y animarnos a encarar ese proceso de transformación asumiendo un rol activo en el mismo. 

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