La psicología en el cine. Salud mental, discapacidad y estereotipos
Son
muchas las películas que, hasta el presente, han abordado cuestiones vinculadas
a la salud mental y la discapacidad, desde diversas perspectivas y enfatizando
distintos aspectos de estas temáticas.
Si
bien se trata de ficciones, no por esto dejan de tener incidencia en las
representaciones sociales que, a lo largo de la historia, se han formado acerca
de las personas a quienes se atribuyen ciertos diagnósticos, como ser,
patologías psiquiátricas o físicas. De esta forma, también influyen en las
actitudes sociales frente a dichas personas, guiadas por los prejuicios que la
sociedad se forma en base a los personajes ficticios con los cuales las
asocian.
De
ahí la responsabilidad de los productores de ficción, sea en cine, televisión o
teatro, al momento de crear un personaje a quien atribuyen un determinado
diagnóstico, evitando mezclar cuestiones realistas con otras de carácter
fantástico. Se debe considerar que algunos espectadores pueden no conocer nada
acerca de la realidad de estos diagnósticos, y formarse una idea errónea,
guiada por una ficción que ha tergiversado el sentido de los mismos. Por otra
parte, no todas las personas que tienen un determinado diagnóstico son iguales.
En esta serie de artículos,
me propongo analizar algunas películas en particular, deteniéndome en el modo
en que presentan estas temáticas. Quedo abierta a propuestas de ficciones a
analizar, así enriquecemos juntos la mirada.
Forrest
Gump
La
infancia de Forrest
Esta
película tiene como protagonista a una persona que, siendo niño, es
diagnosticado como “deficiente mental”. Desde el principio de la historia, la
madre de Forrest se muestra preocupada porque su hijo presentaba un coeficiente
intelectual bajo, por el cual casi es excluido de la escuela del pueblo donde
vivían.
Aquí
ya se observa cómo un diagnóstico funciona como una etiqueta en base a la cual
se excluye a un niño por no enmarcarse dentro de los parámetros de normalidad
aceptados por la escuela, institución normalizadora por antonomasia. Se
considera a Forrest portador de un déficit, que en este caso afectaría su
capacidad intelectual, siendo ésta inferior al promedio. Esto, sumado al uso de
ortopedia para caminar debido a una dificultad en su columna, parece ser la
causa por la cual Forrest es discriminado por sus pares, lo cual se puede
observar en la escena del autobús escolar, en la cual la mayoría de los niños
se niegan a compartir asiento con él.
Por
otra parte, se observa en la madre de Forrest una actitud sobreprotectora, la
cual suele hallarse en padres de personas consideradas discapacitadas. Esta
actitud es la que la lleva, por ejemplo, a ocultarle a su hijo la muerte de su
padre, de quien le dice que se halla de vacaciones. Esto puede responder, por
un lado, a la intención de evitarle el dolor por la muerte del padre y, por el
otro, a la consideración, por parte de la madre, de la imposibilidad de Forrest
de comprender la muerte. No obstante, cabe destacar que la madre no permite que
su hijo se considere a sí mismo “tonto”, mote que muchos personajes le
atribuyen a lo largo de la película, frente a lo cual Forrest siempre responde:
“tonto es el que hace tonterías”, como le sugiere su madre.
Puntos
de vista
Una característica
particular de esta película es que está narrada en primera persona por el
personaje de Forrest, quien, sentado en un banco, relata a sus acompañantes
ocasionales etapas importantes de su historia personal. A su vez, los
personajes con quienes interactúa en las diferentes escenas de la película
representan las diversas miradas que sobre él se forma la sociedad,
enfatizando, por un lado, su diferencia con respecto a la mayoría (viéndolo
como “raro” “tonto”, “estúpido”), y por otro, cierta admiración por la actitud
con la que enfrenta algunas situaciones de su vida, como cuando es herido
durante la guerra de Vietnam, momento en el cual se pone contento por poder
comer todo el helado que desea, dejando en segundo plano el sufrimiento por el
disparo recibido, y el contexto bélico en general. En esta escena se observa la
capacidad de Forrest de ver el lado positivo de la vida incluso frente a
situaciones trágicas, mostrando por momentos cierta falta de conciencia
respecto de la gravedad de las mismas, pero, por otro lado, dejándose sorprender
por lo que la vida le presenta (de ahí la frase de su madre: “la vida es como
una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar”).
La
guerra de Vietnam
Una
de las secuencias más importantes de la película es la participación de Forrest
en la guerra de Vietnam, la cual es vivida de forma muy particular por el protagonista.
Cabe mencionar que él, al igual que muchos otros hombres estadounidenses, es
enviado a la guerra, sin participar de la misma de forma voluntaria.
En
este contexto, el principal objetivo de Forrest parece ser salvar a la mayor
cantidad posible de compañeros, arriesgando su vida, a pesar de lo cual no puede evitar la muerte de
su amigo Bubba. Esto produce dolor en él, y lo lleva a tener una actitud muy loable con su familia, a quien ayuda económicamente.
Forrest
recibe una medalla de honor por su participación en la guerra al regresar de la
misma, la cual es entregada por el presidente de EEUU de aquel entonces. En
este acto, al hablar frente a la multitud, el micrófono de Forrest es
desconectado por un oficial del ejército, cosa que no es detectada por el
protagonista, quien da su discurso sin que la multitud pueda escucharlo. Los
presentes tratan de hacerle saber a Forrest que no se han escuchado sus
palabras, pero éste no se da cuenta de ello.
Aquí,
se observa una actitud de abuso y desvalorización hacia Forrest de parte del
gobierno de los EEUU, quien parece querer evitar que el protagonista relate sus
experiencias en la guerra para no perjudicar a aquél poniendo en evidencia aspectos
negativos de esta experiencia, como los heridos y muertos, y todo el
sufrimiento que implica una guerra. Este abuso esconde una imagen de Forrest
negativa, tratándolo y dejándolo delante de la multitud como un “tonto”, por no
percatarse de la situación.
Forrest
Gump y su relación con el teniente Dan
El
protagonista presenta una actitud de fidelidad absoluta, al punto tal de
arriesgar su vida por su superior, el teniente Dan, a quien salva a pesar de
que él deseaba morir en combate, motivo por el cual se resiste y se enoja con
Forrest en ese momento. En relación a la actitud de Forrest, se observa cierta
“ceguera” parcial, que no le permite evaluar la situación de forma global,
reconociendo el deseo del teniente de morir en el campo de batalla. Su único
objetivo es cumplir con su deber, por lo cual no sólo salva al teniente, sino a
otros soldados que encuentra heridos en el campo de batalla.
Cabe
recordar que, en la película, el teniente Dan finalmente sobrevive, pero pierde
ambas piernas a causa de las heridas sufridas. Se enoja mucho con Forrest por
no haberlo dejado morir en el campo de batalla, como le había ordenado. Este
acontecimiento, sumado a otras experiencias propias del contexto bélico, lo
llevan a caer en las adicciones.
Por otra parte, el
teniente Dan le promete a Forrest que, si éste último logra su sueño de tener
un barco camaronero, él sería su segundo de a bordo. Tiempo después, Forrest concreta
este sueño, y se reencuentra con el teniente, quien finalmente se suma a su
travesía. La reaparición de Forrest en la vida del teniente tiene un efecto
resiliente, ya que otorga un sentido y un proyecto de vida. Finalmente, Dan le
agradece a Forrest el haberle salvado la vida, valorando aquello que en su
momento le había reprochado, frente a lo cual el protagonista le dice que sólo
cumplió con su deber. Se podría pensar que Forrest salva dos veces al teniente,
una en el campo de batalla y otra cuando juntos zarpan en el barco,
rescatándolo de la vida de adicción en la que había caído.
El
amor en Forrest
No
caben dudas de que el único y gran amor de la vida de Forrest Gump es su mejor
amiga Jenny, a quien conoce el primer día de escuela en el autobús, siendo ella
la única persona que le ofrece sentarse a su lado. Esto parece tener un efecto
muy profundo en Forrest, quien dice de Jenny que tenía “la voz más dulce del
mundo entero”, y que “nunca había visto nada tan hermoso en toda su vida”, y la
define como “un ángel”. Esto da cuenta del fuerte impacto emocional que la actitud
de Jenny tuvo en Forrest, siendo la única persona que no sólo no lo rechazó,
sino que lo invitó a compartir el asiento con él. Además, la niña fue la única
persona que mostró un interés por su vida personal; por esto, tuvieron una relación
muy estrecha desde que se conocieron.
En
otro fragmento de la película, Forrest se reencuentra con Jenny, siendo los dos
adultos. El protagonista sigue enamorado de la joven, como lo estuvo desde que eran
niños, y se lo expresa, recibiendo, en un primer momento, una negativa de parte
de ella. Esta respuesta parece estar motivada, principalmente, por el estilo de
vida que llevaba Jenny, el cual incluía consumo de drogas y prostitución.
Frente
a esto, Forrest le pregunta a Jenny por qué no lo quiere, reconociendo que no
es “muy inteligente”, pero sabe “lo que es el amor”. Esto permite vislumbrar
cierta conciencia en él de la diferencia con respecto al resto de las personas,
desde el punto de vista intelectual, entendiendo esta diferencia como un
déficit, como una “falta de” y ser “menos que”.
Por
otra parte, aquí se pone en juego la idea de inteligencia, vinculada
principalmente al coeficiente intelectual, desde cuyo punto de vista Forrest no
sería inteligente. Sin embargo, cuenta con otras aptitudes que son igualmente
importantes, como la capacidad de amar y recibir amor, vinculadas a la
inteligencia emocional, concepto muy desarrollado en los últimos años.
Finalmente,
Forrest se reencuentra con Jenny cuando ésta ya estaba enferma, y le presenta al
hijo de ambos. En ese momento, ellos se casan, y siguen juntos hasta la muerte
de la mujer, a quien el protagonista extraña mucho.
Cabe mencionar que su
amor por Jenny lo acompaña hasta el final de la película, el presente desde el
cual él relata su historia a su audiencia ocasional, considerando a aquélla el
amor de su vida, probablemente, el único que tuvo.
Hacer
las cosas por interés
Otra
de las características llamativas de Forrest es su tendencia a hacer las cosas
por sí mismas, motivado por sus ganas y por momentos, pareciera, de forma algo
automática, sin perseguir un fin trascendente. Esto se observa, por ejemplo,
cuando aprende a jugar al ping pong, o cuando comienza a correr. Él tiene mucho
éxito en estas actividades, por lo cual es entrevistado por periodistas que le
preguntan cómo vive él este éxito, o por qué lo hace, frente a lo cual el
protagonista responde que su único interés es disfrutar de la actividad. Eso es
lo que lo lleva, por ejemplo, a dejar de correr de un día para el otro.
Cabe destacar que, en el
momento en que detiene su carrera, sus seguidores esperaban unas palabras
motivadoras de su parte, pero lo único que Forrest expresa es que está cansado,
y que por esto no quiere decir. La multitud queda desconcertada frente a esta
respuesta, sintiendo, en parte, cierta traición o desilusión frente a quien
consideraban su líder, rol que ellos le atribuyeron sin que Forrest lo haya
buscado.
María Florencia Pesoa.
Lic. en
Psicología. M. P. 1.392.
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