Disfrutar el momento
No recuerdo si fue anoche o la noche anterior, cuando me levanté, ya por segunda o tercera vez, al escuchar el llanto de mi hijo… Realmente, mi cuerpo necesitaba descansar, me costaba mantenerme despierta para atenderlo… Y aún así, no sé cómo ni de dónde, saqué fuerzas para estar ahí para él, satisfaciendo su necesidad de cobijo, protección y amor… Al mirarlo durmiendo en mis brazos, comprendí que no importa cuántas veces interrumpa mi sueño, o cuántas horas pueda finalmente descansar… La prioridad siempre va a ser que él esté bien. ¿Eso significa que debo descuidarme totalmente, que yo ya no importo? Para nada… Significa que entiendo que mi hijo, hoy, a su año y medio, me necesita de esa forma, con esa intensidad de demanda que por momentos me sobrepasa. Antes de ser mamá, no entendía a las mujeres que permanentemente se mostraban con sus hijos, pensaba si realmente eran así de felices como parecían en las fotos que compartían, o en verdad intentaban autoconvencerse de ello… Ahora que...